Todos experimentamos malos días, crisis, momentos de frustración, decepción... y en esos momentos merecemos conectar con la compasión a través de otra persona que nos escuche, que sin juicio, simplemente nos de la posibilidad de aligerar nuestra mochila. El problema es que las buenas intenciones en muchos casos se quedan cortas y tras esa buena intención, nuestras acciones son torpes y acabamos cortando esa comunicación de ser a ser (que es la compasión) dando consejos, interrogando, contando historias similares, etc... En este episodio comparto la manera en la que conectar con la compasión que todos, sin excepción, llevamos dentro. Si este episodio te ha gustado, compártelo. Créeme: da muy buen karma 😉.