La inteligencia emocional es un factor clave que debes tener en cuenta al momento de elegir un socio para tu negocio. Aunque pueda parecer un tema personal y fuera del contexto profesional, la inteligencia emocional tiene un impacto directo en el éxito de un negocio y un peso mayor en el mundo empresarial. La inteligencia emocional no se trata solo de conocer nuestras emociones y saber lo que sentimos. Es fundamental aprender a reconocer nuestras emociones y, lo más importante, controlar nuestras reacciones. Está claro que no podemos controlar las acciones y reacciones de los demás, pero si sabemos manejar nuestras emociones, podemos controlar cómo reaccionamos ante ellas.

Definir reglas para la toma de decisiones en situaciones de contingencia es fundamental. Es común que las personas sientan miedo al anticiparse a posibles problemas, pero es necesario adoptar una cultura preventiva y proactiva en lugar de una cultura reactiva. Al crear una empresa, no puedes dejar la toma de decisiones al azar, ya que esto puede generar dificultades en el futuro. Desde el principio, es esencial establecer reglas claras para la toma de decisiones en momentos de incertidumbre y contingencia. Por ejemplo, puedes implementar procedimientos y sistemas de votación para llegar a acuerdos entre los socios; definir políticas para aceptar a nuevos socios; establecer lineamientos sobre cómo gestionar deudas que pudieran presentarse; definir procedimientos de cómo abordar riesgos y contingencias y estipular quién tiene la facultad de autoridad durante esa situación, entre otros.

La transparencia en la rendición de cuentas es un aspecto fundamental en cualquier empresa, por lo que es importante ser transparentes en todo momento, desde el primer instante en que decides formar una sociedad. Es esencial ser claro en cuanto a la retribución de cada socio y comunicar cómo cada uno aporta valor al negocio de diferentes maneras. No temas ser transparente al rendir cuentas. Aunque puede ser difícil soltar y compartir información, la transparencia es la forma más eficiente de tomar decisiones informadas. Si todos los socios tienen acceso a la información, es más fácil identificar oportunidades y áreas de mejora.

A menudo, las personas temen formalizar mecanismos de control en los procesos del negocio, pero esta es una práctica esencial para cualquier empresa exitosa. Es importante recordar que no se trata de medir a las personas, sino de medir el comportamiento y la conformidad de los procesos. Las personas son cambiantes y muchas veces pasajeras en el mundo de los negocios, por lo que  enfocarse en ellas en lugar de en el proceso puede ser un gran error.

No se puede negar que existen muchas personas que se autodenominan expertos en diferentes campos. Algunos pueden presumir de ser los mejores en ventas, de tener los contactos más importantes en el mundo de los negocios, o de poder cerrar proyectos millonarios. Sin embargo, hay que ser cautelosos con las personas que sólo tienen una buena labia y no aportan realmente valor al negocio. Antes de asociarte con alguien o buscar a tu socio ideal, evalúa su know-how. Identifica qué conocimientos y habilidades posee y cómo demuestra que los tiene. Muchas veces, personas que aparentan saberlo todo y aportar mucho, en realidad no aportan nada y pueden hacerte perder tiempo, dinero y esfuerzo.

Muchas veces, al momento de buscar socios para un proyecto o empresa, experimentamos cierto miedo o recelo profesional. Es común que busquemos un socio similar a nosotros por ego, pero esto no es lo más conveniente. No busques un igual, en su lugar, selecciona a alguien que te complemente en el ámbito profesional, en aptitudes y habilidades. Sin embargo, sí es importante que coincidan en cuanto a actitudes, filosofía de vida y forma de reaccionar ante situaciones.

Es común que se subestime la importancia de documentar adecuadamente en un negocio. Sin embargo, es crucial documentar todo lo que sea posible, siempre y cuando genere valor. Al asociarnos como hemos visto en el punto anterior, vamos construyendo la empresa o el proyecto bajo las mejores intenciones de los socios y la experiencia de ellos, pero es de suma importancia documentar el know how que aporta cada socio, porque recordemos que esa aportación es hacia la empresa, al igual que documentar los procesos que se van diseñando. Esto no quiere decir que nos llenemos de formatos innecesarios y caigamos como decimos en México en la “formatitis” o que generemos documentación inútil.

Es muy común que cuando comenzamos, nos asociamos y nos convertimos en socios que hacen de todo o siempre pensamos que ser socios significa estar operativamente en la empresa, sobre todo cuando se trata de socios fundadores. Nos encargamos de las compras, tomamos decisiones, gestionamos los procesos operativos, hacemos la parte administrativa, contable y cualquier otra tarea necesaria. Al principio, la mayoría de las empresas no tienen la capacidad financiera para tener la plantilla ideal, pero esto no significa que no puedas diseñar tu estructura ideal. Al iniciar un negocio, es esencial tener claro el organigrama ideal de tu empresa y cómo podrás gestionar todos tus procesos a corto, mediano y largo plazo. De esta manera, podrás proyectar lo que necesitas para lograr tus objetivos.

Al momento de construir una empresa, es común que se empiece a darle forma de acuerdo a la experiencia y las mejores intenciones de los socios, así como se utilice la estructura de departamentos y áreas, como se suele entender a las empresas. Sin embargo, esto puede ser la principal barrera que impida que puedas elegir a los socios adecuados. Debido a que si no puedes entender el flujo de la empresa y su cadena de valor, difícilmente sabrás cómo tu socio(s) pueden aportar valor a los procesos que conforman tu estructura de negocio o bien, si realmente tu empresa o proyecto requiere de socios.

La primera clave para asociarse con inteligencia es unificar visiones. Muchos empresarios y emprendedores dan por sentado este tema y no consideran la importancia de tener una visión compartida al momento de asociarse. Incluso empresas grandes y significativas en el mercado pueden fracasar si no tienen una visión compartida. Es triste que los intereses personales de los socios puedan acabar con un buen proyecto, una buena idea de negocio o una empresa prometedora que podría generar un impacto positivo en la sociedad. La visión compartida inicia con una planeación estratégica, que es una herramienta fundamental para poder desarrollar una visión compartida y ponerla en práctica. Diseñar una planeación estratégica permite entender el contexto en el que se está sumergido, tanto las cuestiones internas del negocio como la situación externa del sector, para poder diseñar objetivos integrales relacionados  con las finanzas, la relación con el cliente y el mercado, los procesos de la empresa, y con el crecimiento y aprendizaje de las personas que trabajan en la empresa.

Antes de adentrarme en las diversas temáticas empresariales que trataré en este podcast, me gustaría establecer una conexión contigo y que me conozcas más allá del ámbito profesional. También quisiera que sepas por qué deseo compartir contigo toda la información valiosa que te proporcionaré a lo largo de este podcast. En este episodio cero, quisiera hablar un poco sobre mi vida personal para que puedas entender la razón de mi pasión por este tema, que, afortunadamente, es también mi profesión.