Dios seguirá enviando invitaciones, incluso a los que no habían respondido a la primera vez. Pero el sentarse a la mesa de Dios sigue dependiendo de nosotros. Pidamos al Señor apreciar, sobre todo lo que Él nos ofrece, los bienes de su Reino.
Comentario al Evangelio por fray Carlos
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/5-11-2024/