Un niño criado en un ambiente sano, que recibe afecto y atención de calidad, en el futuro seguro sea alguien que se relacione con las personas, de la misma manera que fue tratado.
Caso contrario, un niño que crece en un entorno hostil y violento, será alguien que en el futuro tienda a replicar comportamientos y actitudes similares con los demás.
Esto sucede porque en nuestro cerebro existe un proceso llamado neuroplasticidad, que se encarga de digerir información en forma de experiencias o estímulos, los cuales a su vez moldean la personalidad.
Es importante ser consciente de esto, para usar esta capacidad con responsabilidad, porque otras personas ya se están aprovechando y generando consecuencias las cuales no falta mucho para que empecemos a padecer.
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