Mar 27 2024
#534 Passione d'Amore (1981) de Ettore Scola y Passion (1994), de Stephen Sondheim
A principios de los años 80, y con impecables credenciales en la comedia negra, el italiano Ettore Scola intentó una suerte de imposible: filmar una historia de amor en que el concepto tradicional de belleza es puesto bajo severo cuestionamiento. Apoyado en Fosca (1869) una novela ambientada y publicada en los primeros años de la Italia independiente, la inclasificable Pasión de amor es el relato de cómo un joven soldado extingue su amor por una bella aristócrata, cambiándolo por las ilusiones de una joven mujer, enferma, arruinada y torturada por la idea de su propia fealdad. Crónico desilusionado, Scola no se compra el cuento del príncipe que besa a la rana y, por arte de magia, la transforma; en su lugar, avisora la posibilidad de que el verdadero transformado sea el príncipe: que ese amor caprichoso, neurasténico, egoísta, grotesco y absoluto que Fosca le profesa, derribe todas sus barreras.
Dicho todo lo anterior, hay algo que no funciona. Scola es capaz de intuir la semilla de algo extraordinario, pero —brillante y todo— su película se queda corta al poner en escena esta "transfiguración". Al menos eso es lo que pensó el compositor y dramaturgo Stephen Sondheim, quien en 1994 estrenó Passion, un fascinante drama musical inspirado en Passione d'amore, que apuesta por solucionar el problema regresando a la fuente misma, al romanticismo abrasador.
Sobre este diálogo entre cine y teatro musical, y sobre otras cosas, se habla en este podcast.