Las 8 (¿o las 10?) etapas de la vida - Lazos Paternos - camino de sanación - capitulo 16 audiolibro

Camino de Sanación - Lazos Paternos

23-12-2021 • 7 mins

Según el psicoanalista estadounidense Erik
Erikson, el desarrollo de la vida del ser humano podría dividirse en ocho etapas, las
que mencionaré a continuación, añadiendo las necesidades elementales en las tres primeras. Pero en este libro, sólo profundizaré desde la primera etapa
hasta la quinta, pues son los años que mayor influencia
han ejercido en nuestra vida.
86
1. Etapa de la primera infancia
Constituye la primera fase entre el nacimiento
y los dos años, aproximadamente.
Durante esta etapa se desarrolla la confianza
básica como fuerza fundamental que nuestro
niño interior alimentará durante toda la vida.
Esta confianza básica nace de la sensación
de bienestar en el nivel físico —es decir:
buena alimentación, buen funcionamiento
de los sistemas digestivo, respiratorio
y circulatorio—, pero también de bienestar
en el nivel psíquico, al sentirse amado
y bien recibido.
O por el contrario, se desarrolla la
desconfianza básica, en la medida en que
el niño no encuentra suficientemente
satisfechas las necesidades mencionadas
anteriormente. Esto le provoca una sensación
de abandono, de aislamiento, de separación
y de confusión existencial y sobre
el significado de la vida, sensación que
podría acompañar a nuestro niño interior
durante mucho tiempo.
En cuanto al alimento de las virtudes,
durante esta etapa se nutre la esperanza o,
por el contrario, queda una cierta fragilidad
producida por las carencias y que podría
determinar una cierta predisposición
a la desesperanza o al pesimismo.
87
2. Etapa de la niñez
De los dos a los tres años es el tiempo en
el que más se acentúa la maduración muscular
y física en general, por lo cual el niño va
desarrollando el aprendizaje de la autonomía
física, el aprendizaje higiénico (sistema
retentivo y eliminativo) y el aprendizaje
de las palabras y la expresión oral.
El ejercicio de estos aprendizajes es
fundamental para que se desarrolle una sana
autonomía. Y el acompañamiento paterno
durante esta etapa brindará una sensación
de protección que le ayudará al niño a tener
el justo equilibrio entre la capacidad de
recibir orientación y guía, y la autonomía
sobre la cual venimos hablando.
Durante este período también se fortalece
la fuerza de voluntad, junto a la capacidad
de discernir y decidir libremente, de manera
tal que el niño interior no viva en la duda
permanente, en la inseguridad o con
vergüenza subconsciente.
3. Etapa del juego
Entre los tres y los cinco años, el niño va
desarrollando la iniciativa y la creatividad, a
la vez que descubre la dimensión psicosexual,
previa a la edad escolar, en la cual aprende a
distinguir entre lo masculino y femenino.
88
Se desarrolla aún más la mayor capacidad
motriz y se perfecciona el lenguaje.
La figura paterna y la materna siguen siendo
cruciales, pero cada vez se acentuará
más la influencia social de otros miembros
de la familia, amigos y compañeros
del jardín de infantes.
En esta etapa es muy importante que tanto
el padre como los demás adultos acompañen
el aspecto formativo, para que el niño aprenda
a distinguir entre lo que está bien y lo que no
lo está, con manifestaciones proporcionales
a su edad y fácilmente captables por él,
de manera tal que la culpabilidad no
contamine su ser más profundo.
En este sentido son fundamentales
la corrección del papá y el establecimiento
de límites claros, pero siempre acompañados
por la manifestación del amor incondicional,
del perdón y de la ternura.
Las siguientes etapas —que sólo mencionaré— son:
4. Etapa escolar
Entre los cinco y los doce años.
5. Etapa de la adolescencia
Entre los doce y los dieciocho años.
89
6. Etapa de la juventud
Entre los dieciocho y los treinta y cinco años.
7. Etapa de la edad adulta
Entre los treinta y cinco y los sesenta
y cinco años.
8. Etapa de adultos mayores
De los sesenta y cinco años en adelante.
Ahora bien, de acuerdo con lo que hemos visto en el
capítulo anterior, la primera etapa de la vida comienza
no con el nacimiento, sino en el momento de la concepción y durante los meses de desarrollo en el seno materno. A este período podríamos llamarlo “pre-etapa” o
“prehistoria”; en él se nos traspasa la información y la
carga genética que refuerzan la imagen paterna con sus
luces y sus sombras, con sus puntos positivos y negativos,
lo cual se va transmitiendo de generación en generación.
Por eso en el título de este apartado hablamos de diez
etapas, en lugar de sólo ocho.
En este capítulo y en los siguientes, unificaremos las
tres primeras etapas que presenta Erik Erikson, es decir,
a partir del nacimiento y hasta los cinco años. Además,
como ya adelanté en la introducción, sólo abarcaremos
las cinco primeras etapas, que son las que mayor influencia han tenido en el niño interior que llevamos en nuestra alma.
90
Al comenzar con la redacción de este capítulo, me
doy cuenta de que providencialmente hoy es 24 de diciembre, fecha en que nos preparamos para vivir la Nochebuena y la Navidad. Por eso, le pedimos al Niño Jesús
que nos conceda, por medio de la gracia propia de esta
fiesta, el regalo de un nuevo nacimiento, un nacimiento
que sea sanado y planificado por la intercesión de san José y por una poderosa efusión del amor del Padre6
.
“Dios, el Señor,
creó al hombre para el cielo,
por esto los padres tienen la obligación
de educar a los hijos
para el cielo”.
Adolfo Kolping