Terapia de sanación de la herida de no ser - Lazos Paternos - camino de sanación - capitulo 13 audiolibro

Camino de Sanación - Lazos Paternos

05-01-2022 • 3 mins

Dios, nuestro Padre misericordioso, quiere
sanar todos los estratos de nuestro ser y
transformar los comportamientos defensivos y compensatorios que hemos generado a lo largo de los años. No se da por vencido con ninguno de sus hijos, y nos impulsa continuamente a que
nos dejemos sanar y transformar por el poder de su Espíritu Santo.
Por su amor por nosotros, Él no nos deja tranquilos, no nos
deja sumidos en el barro de la no-existencia emocional, sino que
nos presiona para que en algún momento salten las “alarmas”
y descubramos que hay “algo” interior que no está bien, que causa esos comportamientos que necesitamos cambiar.
75
Cuando nos postramos humildemente ante Él y le entregamos cada día en oración de fidelidad la herida de
no-ser, entonces comenzamos a gustar progresivamente de una mayor comunión con Él, dejamos de culpar
a la vida y de rehuir de la oración, y empezamos a buscar su rostro en todos los momentos posibles. También
el corazón comienza a apaciguarse como resultado de
la restauración psíquica y emocional que Dios va realizando, e incluso numerosas enfermedades psicológicas
y físicas son curadas.
La persona que tenía una herida de no-ser empieza
a recibir su sí-ser, su ser en plenitud; empieza a percibir
y gustar en primera persona las palabras de Jesús: “Yo he
venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Jn 10, 10). Este hijo(a) amado(a) del Padre
encuentra su lugar en el mundo —lo cual no consiste
en cambiar de lugar físico, sino en resucitar y salir fuera del sepulcro, de la cueva que durante años había excavado la herida de no-ser— y empieza a disfrutar del
tiempo y del lugar queridos por Dios Padre para él (ella).
Dios Padre quiere tomar de la mano a ese niño(a) que
carga con la herida de no-ser, para, con su pedagogía,
ayudarle a sanar por etapas, a liberarse de todos aquellos comportamientos de rebeldía que le impiden abrirle
confiadamente las puertas más profundas de su corazón.
76
Por eso, la Palabra de Dios te invita:
“Alabemos al Dios y Padre
de nuestro Señor Jesucristo,
que por su gran misericordia
nos ha hecho nacer de nuevo
por la resurrección de Jesucristo.
Esto nos da una esperanza viva”.
1Pedro 1, 3
77
Momento de sanación
* Comparte con Dios Padre, con Jesús,
o con san José, la información que tienes acerca
de tu concepción y de la presencia de tu papá
durante el tiempo de tu gestación.
* Cuando tu papá supo que tu mamá estaba
embaraza de ti, ¿cuál fue su reacción?,
¿qué es lo que sabes y qué es lo que intuyes?
* Si conoces o percibes algún aspecto negativo
en relación con tu padre del momento en
que fuiste concebido (a), pídele a Papá Dios,
usando tus propias palabras, la gracia de amar
y perdonar, y decídete a perdonar cualquier
forma de abuso de parte de papá hacia
mamá, cualquier forma de violencia (gritos,
humillaciones), de rechazo de tu existencia, etc.
* Si, por el contrario, tienes la información
de que fuiste un hijo buscado por parte de tu
papá, bendícelo y deja que el amor de él fluya
hacia ti, independientemente de si está aún en
esta tierra o ya ha partido, independientemente
de que después haya cometido otros errores.
Tú, alaba y agradécele a papá el don de ser
mediador de Dios para tu vida.
* Imagina a María embarazada de Jesús y a san
José a su lado, hablando al vientre de María para
comunicarse con el pequeñísimo Jesús.
77
78
* Pide la gracia de que Jesús te haga un lugar
en el vientre de María, y recibe todo el amor
paterno de san José; pero sobre todo,
de Dios Papá, que te dio el existir.
* Comienza a alabar y a dar gracias por
tu existencia, por el momento en que fuiste
concebido(a), por tu sexo, por cada detalle
de tu gestación, por cada segundo
en el seno materno.
* Alaba, alaba y no dejes de alabar,
pues en la alabanza —por el don de tu vida—
hay un infinito poder sanador.
79
Oración de sanación
de la presencia paterna
durante la gestación
Papá Dios, hoy te alabo, te bendigo
y te doy gracias por ese espermatozoide paterno
que recorrió un largo camino
para encontrarse y unirse al óvulo materno
que fecundó y constituyó
la parte física de mi persona.
Te alabo, te bendigo y te doy gracias
por la carga genética que llevaba esa semilla
y que comenzó a formar parte de mi ser.
Y te pido ahora que fortalezcas toda la información buena,
santa y bella que traía consigo de la rama paterna,
y que con la preciosa Sangre de tu Hijo Jesús
filtres toda aquella información genética negativa
que no me ayuda a tener vida en abundancia.
Papá Dios, hoy te alabo, te bendigo y te doy gracias
por haberme dado un alma
con sus potencias y capacidades,
y especialmente por la influencia
paterna y masculina.
Pon tus benditas manos en todo lo que ha ido forjando
mi personalidad desde el vientre materno.
Quita lo que estorba a mi ser en plenitud
y pon lo que falta a mi personalidad y carácter.
79
80
Papá Dios, hoy te alabo, te bendigo y te doy gracias
por haberme dado un espíritu inmortal que me hace ser
imagen tuya y me impulsa a ser semejante a ti.
Con el suave soplo del Espíritu Santo,
pon en mi espíritu todo lo que me faltó
durante la gestación y libérame
de todo lo que pudo haberme contaminado
o bloqueado espiritualmente.
Papá Dios, hoy te pido que pongas tu amor y tu vida
en ese espermatozoide y en ese óvulo
que dieron comienzo a mi existencia física.
Especialmente si en papá o en mamá
no estaba el deseo de darme vida y si no me buscaron
desde una decisión de amor libre y maduro.
Papá Dios, sana el dolor que subsiste en mí
por haber percibido que mi papá
no se alegró de mi concepción.
Pon en mí la aceptación
que pudo haber faltado de parte de mi papá,
cuando supo que yo existía.
Sáname de la amargura y de la rebelión
que subsiste en mí por haberme sentido rechazado
por papá durante algunos momentos
de mi crecimiento en el vientre de mamá.
Libérame de mis miedos, de mis inseguridades,
de las “cuevas” o “refugios” que me he ido creando
desde entonces para que no me hieran,
para que no me rechacen.
Ayúdame a ser liberado del comportamiento
81
de querer agradar a todos, de buscar la aceptación,
de ser querido y aceptado.
Libérame de las susceptibilidades y dame los nuevos
comportamientos que me ayudarán a aceptar serenamente las
diversas opiniones y las críticas constructivas.
Que sepa amar y aceptar al otro,
aun cuando el otro no me acepte o no me ame.
Que no sienta que estoy de más, ayúdame a encontrar
mi lugar en el mundo, en la creación, en la vida.
Gracias porque fui concebido, gracias por tu amor.
Te alabo y te bendigo porque soy quien soy.
Te alabo y te bendigo por mis padres,
a quienes amo y perdono por cualquier error
que hayan cometido.
Amén