Este salmo nos invita a vivir en la justicia del Señor, sí, esa justicia que es
seguir sus mandamientos los cuales se condensan en amarlo a Él por
sobre todas las cosas y que amemos al prójimo como a nosotros mismos.
Con esta práctica de vida podemos encontrar en nuestro corazón la
firmeza y el valor para hacer frente a cualquier situación, así sea tristeza,
angustia, preocupación y cualquier otra en la que te encuentres.