Sin duda en todas las actividades humanas, el sentirse bien, es fundamental para tener una vida plena. Siendo el trabajo una de las actividades a la que más le dedicamos nuestro tiempo, el espacio donde se desarrolla cobra una importancia superlativa, que va más allá de lo productivo y que tiene que ver con lo que dijimos al principio, el bienestar y la vida plena. En el lugar de trabajo estamos al menos ocho horas del día por mínimo 40 años, lo que es dramático si consideramos, por ejemplo, que estar en un lugar cerrado termina consumiéndonos casi todas las horas de luz solar de las que disponemos.

En general, este bienestar anhelado, en lo que al espacio se refiere, está dado por cuestiones  tan básicas como complejas, tales como la calidad del aire, el nivel de luz artificial y natural, la holgura del lugar, los servicios, el color, los materiales usados, la forma y la funcionalidad.