Hay momentos del desarrollo científico y tecnológico que marcan hitos en la vida de la humanidad, sucedió con las revoluciones industriales de siglos pasados, con la electricidad, con el transporte, con las comunicaciones y, finalmente, con el internet y la entrada de lleno en la era digital. Hoy estamos en un momento, que como siempre, es consecuencia de los desarrollos predecesores. La inteligencia artificial (IA) ha hecho una entrada fulminante y está teniendo un impacto significativo en todas las actividades de la humanidad. Hemos entrenado a las máquinas para que aprendan, interactúen, se comuniquen en un lenguaje humano, discriminen entre lo verdadero y lo falso, calculen, diseñen y sean capaces de tomar decisiones autónomamente. Todo gracias a que la humanidad ha construido un conjunto de datos tan grande (Big Data) que ha posibilitado el desarrollo de algoritmos que alimenten a la IA, procesando toda esa información, identificando patrones y haciendo relaciones cualitativas y cuantitativas de esos datos.